¿Por qué debiésemos impulsar la creatividad computacional?
MARÍA PÍA AQUEVEQUE Directora de empresas, experta internacional en activos digitales
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María Pía Aqueveque
Hoy, con el alcance de la inteligencia artificial y otras tecnologías disruptivas plantean el desafío de aprender, desaprender y reaprender. Es decir, ser creativos, a nivel de individuos, organizaciones y países para buscar nuevas soluciones, productos y servicios. Si bien es importante que organizaciones y países creen estrategias en investigación y desarrollo de tecnologías específicas, es más importante para un país proveedor de servicios como Chile desarrollar una estrategia público-privada que fomente la computación creativa. Y la razón es porque ésta impulsa todas las tecnologías asociadas con los datos, por lo que permitiría preparar e insertar laboralmente con instrumentos del futuro a miles de jóvenes.
La creatividad es la capacidad de crear nuevas ideas o conceptos, nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos, que habitualmente producen soluciones originales. La computación creativa permite no solo estar a la vanguardia de las nuevas tecnologías, sino que también alcanzar de una forma divertida la alfabetización informática requerida en nuestros tiempos. En un mundo cada vez más centrado en los datos, la computación creativa permite, utilizando los macrodatos y el aprendizaje automático, explorar nuevas formas de trabajar la información en tiempo real, personalizar las experiencias de los usuarios o visualizar conceptos complejos de formas que antes eran inimaginables. Y su potencial se proyecta a la transformación de las industrias y los cambios políticos desde un punto de vista creativo y accesible.
“Existe alta demanda global por servicios relacionados con estas tecnologías. Una estrategia nacional debiera promover la atracción de trabajadores jóvenes hacia este campo laboral”.
La computación creativa tiene una naturaleza híbrida que enriquece cada disciplina y fomenta la colaboración e impulsa nuevas formas de pensar y resolver problemas. Estas son habilidades que se harán más necesarias en el ámbito laboral en la medida que siga avanzando la adopción tecnológica. Además, esta disciplina, a través de la creación de sistemas interactivos y participativos de los usuarios, está transformando instalaciones y aplicaciones de un consumo pasivo a activo. El público y clientes se convierten en participante y creadores al mismo tiempo.
Oriente tiene una alta demanda por servicios relacionados con la computación creativa, al igual que Singapur, Dubai y China, entre otros; mientras que en Occidente si bien la tendencia es acotada, es creciente. Esto plantea una oportunidad de servicios que un país como Chile podría ofrecer. A su vez es una oportunidad para insertar laboralmente en el mundo a miles de jóvenes chilenos que se sienten hoy marginados. Y todo esto, desde casa, con un computador e internet.
Como dijo Albert Einstein: “La creatividad es la inteligencia divirtiéndose”. Y la computación creativa, a través de un espíritu de juego y exploración, permite experimentar, simular sistemas complejos y explorar su convergencia con APIs de inteligencia artificial generativa de distinto tipo, cómo ChatGPT y Llama 3 (Meta), entre otros, aportartando nuevas soluciones e ideas, dejando volar la imaginación sin limitaciones. La pregunta del millón: ¿quiénes en Chile están dispuestos a financiar una “estrategia que impulse la computación creativa”?